La jardinería es un arte que nos permite reconectarnos con la naturaleza, cultivar nuestras propias hortalizas y disfrutar de productos frescos y sabrosos. Sin embargo, el clima y las estaciones cambiantes a menudo limitan nuestra capacidad de cultivar un huerto durante todo el año. Aquí es donde entra en juego la construcción de un invernadero subterráneo, una solución ingeniosa para extender la temporada de crecimiento y garantizar cosechas abundantes, independientemente de las condiciones climáticas exteriores.
¿Qué es un invernadero subterráneo?
La construcción de un invernadero subterráneo implica cavar una cavidad parcial o totalmente debajo del nivel del suelo para cultivar plantas. Esto permite beneficiarse de una temperatura más constante y proteger los cultivos de las variaciones climáticas. Las paredes y el techo del invernadero suelen construirse con materiales aislantes, como policarbonato o vidrio, para mantener una temperatura óptima y maximizar la luz natural.
Las ventajas de un invernadero subterráneo.
- Extensión de la temporada de crecimiento: Al construir un invernadero subterráneo, puede comenzar a plantar plántulas más temprano en la primavera y extender la cosecha hasta finales del otoño, o incluso hasta el invierno en algunas áreas. Esto significa que podrás disfrutar de frutas y verduras frescas durante todo el año, sin depender de las estaciones.
- Protección climática: Los invernaderos subterráneos brindan protección contra eventos climáticos extremos como granizadas, vientos fuertes o lluvias intensas. De esta manera sus cultivos estarán preservados de los daños causados por estos fenómenos naturales, asegurando una cosecha más abundante y de mejor calidad.
- Optimización del espacio: Al construir un invernadero subterráneo, podrás utilizar el espacio disponible de manera más eficiente. Al cultivar bajo tierra, puede apilar cultivos en múltiples niveles, maximizando la productividad de su jardín. Esto es especialmente beneficioso si tienes un espacio limitado en tu jardín.
- Conservación de energía: los invernaderos subterráneos están naturalmente aislados por el suelo circundante, lo que reduce los requisitos de calefacción y refrigeración. Además, el uso de materiales transparentes para tejados maximiza el suministro de luz natural, reduciendo así la dependencia de fuentes de iluminación artificial y los costes energéticos.
Construyendo un invernadero subterráneo paso a paso
- Elección de ubicación: Selecciona una zona de tu jardín que reciba suficiente luz solar durante todo el día. Evite las zonas de sombra y asegúrese de que la tierra tenga suficiente drenaje para evitar problemas de humedad.
- Preparación del suelo: Cava un hoyo de aproximadamente un metro de profundidad para acomodar tu invernadero subterráneo. Asegúrese de preparar bien la tierra agregando abono o tierra para macetas para estimular el crecimiento de las plantas.
- Construcción de la estructura: Utilice materiales aislantes como policarbonato o vidrio para construir las paredes y el techo de su invernadero subterráneo. Asegúrese de sellar bien las juntas para evitar la infiltración de agua.
- Disposición interior: Instale estantes o contenedores de cultivo en diferentes niveles para optimizar el espacio. Asegúrese de proporcionar un sistema de riego eficiente para mantener la humedad que necesitan las plantas.
- Elección de cultivos: Opte por plantas aptas para el cultivo en invernadero, como tomates, ensaladas, hierbas aromáticas o cítricos. Asegúrate de respetar las necesidades específicas de cada cultivo en cuanto a humedad, temperatura y luz.
El impacto ecológico de los invernaderos subterráneos
Si bien el invernadero subterráneo ofrece muchos beneficios, incluida la extensión de la temporada de crecimiento y la protección de los cultivos de las inclemencias del tiempo, también tiene importantes beneficios ecológicos que vale la pena explorar.
Preservación de los recursos naturales.
Una de las principales características ecológicas del invernadero subterráneo es su capacidad para preservar los recursos naturales. Como se mencionó anteriormente, los invernaderos subterráneos requieren menos energía para calefacción y refrigeración debido a su aislamiento natural. Esto supone una reducción del consumo energético y, por tanto, una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, la menor necesidad de iluminación artificial ahorra electricidad, lo que reduce aún más la huella de carbono.
Reducción de la contaminación del agua.
Al cultivar en un invernadero subterráneo, es posible controlar mejor el uso del agua. Con un sistema de riego eficiente, se desperdicia menos agua. Además, se reduce la escorrentía, lo que significa que llegan menos fertilizantes y productos químicos a las vías fluviales, lo que ayuda a preservar la calidad del agua y reducir la contaminación.
Conservación de la biodiversidad
Al excavar para construir un invernadero subterráneo, algunas personas pueden temer un impacto negativo en la biodiversidad del suelo. Sin embargo, si se gestiona bien, un invernadero de este tipo puede contribuir a la conservación de la biodiversidad. Los invernaderos subterráneos pueden servir como santuario para ciertas especies de plantas, proporcionando un ambiente protegido de depredadores y enfermedades. Además, estos invernaderos se pueden utilizar para cultivar especies de plantas raras o en peligro de extinción, contribuyendo así a la conservación de la diversidad genética.
Contribución a la economía circular
Un invernadero subterráneo, por diseño, fomenta un enfoque circular de la agricultura. Los desechos orgánicos se pueden convertir en abono y devolverse al suelo del invernadero, creando un ciclo de vida para los nutrientes. Este método reduce la dependencia de los fertilizantes químicos y promueve una agricultura más sostenible.
Los desafíos de mantener un invernadero subterráneo
Si bien la construcción de un invernadero subterráneo tiene muchos beneficios, tanto en términos de producción de cultivos como de sostenibilidad ecológica, no está exenta de desafíos. Comprender estos desafíos puede ayudar a los jardineros a tomar decisiones informadas y garantizar un uso óptimo de su invernadero subterráneo.
Control de la humedad
Uno de los principales desafíos del cultivo en un invernadero subterráneo es el control de la humedad. Dado que el invernadero está parcial o totalmente enterrado, naturalmente está expuesto a un mayor nivel de humedad. Sin una ventilación adecuada, esto puede provocar la formación de moho y hongos, dañando la salud de las plantas y reduciendo la calidad de los cultivos.
Control de temperatura
Aunque la temperatura dentro de un invernadero subterráneo es generalmente más estable que en un invernadero tradicional, puede haber ocasiones, especialmente durante los meses más cálidos, en que la temperatura puede llegar a ser demasiado alta para algunas plantas. Un seguimiento constante y un sistema de ventilación eficaz son fundamentales para evitar que las plantas sufran estrés por calor.
acceso a la luz
Incluso si se utilizan materiales transparentes para la construcción, la cantidad de luz natural que llega a las plantas puede verse reducida, especialmente si el invernadero está profundamente enterrado. En algunos casos, puede ser necesaria iluminación artificial adicional para garantizar un crecimiento óptimo de las plantas.
Prevención de plagas y enfermedades.
La naturaleza aislada de un invernadero subterráneo puede, en algunos casos, hacerlo más susceptible a las plagas. Las plagas pueden reproducirse en un ambiente confinado y, sin depredadores naturales, su población puede aumentar rápidamente. Asimismo, las enfermedades pueden propagarse rápidamente si no se tratan a tiempo.
